Sobre una pregunta esencial ("¿qué contenedor se puede imaginar para albergar y promover la cultura de una de las actividades más antiguas y al mismo tiempo contemporáneas producciones humanas?") YAC propuso a los arquitectos transformar la Bodega Valpolicella Negrar en Verona (Italia), de mera fábrica a manifiesto arquitectónico que refleje el liderazgo y la calidad de su producto: un lugar de cultura, formación y hospitalidad, para acercarse a una de las más antiguas y fascinantes expresiones de la raza humana: el vino.
A continuación, conoce el proyecto del equipo OMAM, ganadores de la Mención Dorada en esta competición internacional.
Según los ganadores:
“Estas son las pasiones que nos motivan. Cuando creamos algo, nos alienta algo que involucre un amplio rango de emociones, deseos, gente, logros. Siempre ha sido así, y no es diferente en el mundo del vino”.
Rui Nabeiro
El sitio.
Verona es uno de los principales destinos turísticos en Italia, debido a su herencia arquitectónica y cultural. La arquitectura y la estructura urbana de la ciudad, sus edificios históricos y sus antiguos monumentos romanos es, de hecho, la razón por la que Verona ha sido nombrada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Vino.
Siempre ha sido una de las bebidas más fascinantes y una de las expresiones más antiguas de la raza humana. A través de los desarrollos socio-culturales de muchas civilizaciones es, hoy en día, una cuestión de cultura.
El Proyecto.
Es en la relación entre esos dos elementos, el sitio y el vino, que se encontraron las premisas de proyecto. La propuesta pretende repensar el uso y el propósito de la edificación existente, un edificio funcional, transformándolo en un lugar de encuentro y de riqueza cultural.
La idea principal era crear un elemento de enlace y articulador que pudiera relacionar las dos partes de la bodega y generar un viaje a través de todo el proceso del vino. Mediante la escalera estamos constantemente entrando en espacios con diferentes programas y funciones, hasta llegar a la parte superior y la última del edificio, donde se revela la vista al viñedo. El principal objetivo es establecer una relación entre la forma en que experimentamos el vino y la arquitectura, a la vez.
El edificio se erige en el territorio como un monolito, irregular en su forma, donde sus espacios surgen de un proceso de sustracción y en su interior como un proceso de adición. Lleno y el vacío, donde un gran espacio abierto es colonizado por algunas cajas programáticas y se libera el resto, así los visitantes pueden tener una percepción integral del proyecto.
Concurso
YAC: Wine Culture CentrePremio
Mención DoradaArquitectos
Hugo Azevedo, Sebastián OliveraÁrea
5500.0 m2Año Proyecto
2014Fotografías
Cortesia de Equipo OMAM